Cincuenta años después de que un grupo de bailarines sintiera la "necesidad" de que Panamá tuviera una primera compañía profesional de danza, el país centroamericano celebra las "bodas de oro" de su Ballet Nacional, una "semilla" que ha "germinado" gracias al esfuerzo de sus miembros.
Así lo dijo a Efe en una entrevista la directora ejecutiva del Ballet Nacional de Panamá, Gloria Barrios, bailarina de amplio recorrido artístico y quien fue miembro de aquel cuerpo de baile en 1972.
"Toda esta trayectoria del Ballet Nacional de Panamá ha sembrado una semilla, nuestro trabajo no solamente se ha quedado dentro de las paredes de nuestra compañía", declaró Barrios.
Y agregó que "todas estas generaciones de profesionales que han sido miembros del ballet, han sido fundadores de escuelas, directores y maestros de academias".
"Nuestra semilla ha germinado a toda la sociedad panameña y estas escuelas también participan en muchas competencias internacionales y han ganado muchísimos premios, que todos son honores para nuestro país", señaló la directora ejecutiva.
Durante este medio siglo de historia del ballet en Panamá, ha habido "altos y bajos, pero hemos podido permanecer 50 años por ser un grupo de bailarines de diferentes generaciones que han aportado con su trabajo, disciplina y constancia, lo que ha llevado a que podamos celebrar estas bodas de oro", señaló Barrios.
Para la directora, "estos 50 años son solo el inicio de los próximos 50". Actualmente, el ballet tiene "una generación de relevo, que le va a tocar continuar con esta labor, con esta pasión".
"Nuestro propósito es seguir mejorando cada día, ofrecer lo mejor de nuestro trabajo, hacer mayor difusión en nuestro país para todo nuestro público, que es muy heterogéneo", añadió Barrios.
Para celebrar las "bodas de oro", el Ballet Nacional de Panamá sube al escenario un clásico, uno "de los grandes sueños" de las compañías profesionales: "Giselle", un ballet en dos actos interpretado por primera vez en 1841 en Francia.
"Es un ballet con muchísimo rigor técnico y artístico. Es un reto para los bailarines y la producción, es una historia muy fácil de llevar por cualquier persona que venga a ver, es casi una telenovela, es una historia que puede ser igualmente llevada al día de hoy", señaló Barrios
Esta propuesta artística "fue un sueño que finalmente con estas bodas de oro podemos cumplir", aportó.
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HOMBRES BAILARINES PROFESIONALES DE BALLET, UN MURO DERRUIDO
En Panamá, antes de 1972, el ballet era un "hobby" que se estudiaba "en academias privadas, que hacían presentaciones, y en ellas participaban algunos bailarines profesionales, muchos de ellos en aquella época estaban estudiando en el exterior".
También, era una disciplina de mujeres y para personas de alta sociedad, según Barrios: "En mi época teníamos muy pocos varones, bailábamos todas casi con el mismo".
"Esos parámetros los hemos podido romper. Al principio, (los padres) no aceptaban que sus hijos varones bailaran ballet y tenían casi que esconderse", destacó.
El Ballet Nacional de Panamá cuenta con 10 miembros hombres. La puesta en escena de "Giselle" exige 20 bailarines, por lo que se completará el grupo con miembros de academias panameñas, explicó la directora.
"Esto es un triunfo. Y otra cosa que nos llena de orgullo es que durante las presentaciones el público respeta muchísimo, reconoce su trabajo, aplaude mucho el trabajo de los varones", detalló Barrios.
"Y eso es muy importante para nuestra sociedad, cambiar esa mentalidad, ser más abiertos y ver que la danza no es solamente para las mujeres, sino también para los hombres. Que belleza es ver lo femenino y lo masculino en la danza", concluyó Barrios.